
Cocina a fuego medio-bajo para que quede blandita, removiendo a menudo. En una sartén pon un poco de aceite de oliva o de coco y añade la cebolla con una pizca de sal. Pela y corta la cebolla a medias lunas finitas. Colócalas sobre un papel de horno sin que se amontonen demasiado y mételas al horno durante unos 25 minutos. Con las manos, mezcla hasta repartir bien las especias por las patatas. Mételas en un bol y añade un poquito de sal, pimienta, romero, 1 cucharadita de aceite de oliva y 1/2 cucharadita de pimentón ahumado. Lava, pela y corta las patatas en gajos (puedes mantener la piel si las patatas son ecológicas, solo tienes que rasparlas un poquito con un cepillo de coco).

White Castle fue la primera cadena de restaurantes en vender la hamburguesa como alimento.

Dijo que la receta se la dieron marineros de Hamburgo.

Después, el chef estadounidense Luis Lassen cocinó en 1895 la primera hamburguesa de América. “Cuenta la leyenda” que los tártaros llevaron a Alemania esta comida de carne picada entre dos panes y que los germanos decidieron cocerla porque originalmente se servía cruda. Y sí, se denominó «hamburguesa» porque en Hamburgo (Alemania) nació la receta que llegó a América y se extendió por todo el mundo. Se cree que la hamburguesa fue inventada en el siglo XIX: era simplemente carne picada colocada entre dos panes, aunque hay quienes dicen que sus inicios datan del siglo XIV, cuando las tribus mongolas y turcas cortaban la carne en tiras y la colocaban entre panes.

Te contamos un poco sobre la historia de esta rica combinación de proteína e hidratos de carbono y que pan usar para convertirla en una deliciosa hamburguesa sin gluten. Día de la Hamburguesa vegana en Valencia (y sin gluten), ¿lo sabías?
